Declararse en bancarrota puede permanecer en tu historial crediticio entre 7 y 10 años y, al principio, puede reducir tu puntaje de crédito.

Sin embargo, también ofrece un nuevo comienzo, al eliminar o reestructurar tus deudas. Muchas personas comienzan a reconstruir su crédito haciendo pagos puntuales en nuevas líneas de crédito, como tarjetas de crédito aseguradas, una vez que han completado su proceso de bancarrota.